07 Mar ¿Los mejores neumáticos delante o detrás?
Esta cuestión ha dado mucho que hablar y discutir entre los conductores, de forma que para resolverla hay que escuchar a los investigadores en la materia y seguir sus consejos.
Partimos del supuesto lógico de decir que lo mejor es tener los neumáticos en perfecto estado en las cuatro ruedas de nuestro turismo, ello mejorará ostensiblemente las prestaciones del mismo. Aceleración, frenada, peligro de aquaplaning, velocidad en curva y estabilidad dependen en gran medida del estado de éstos.
El gran momento en el que vamos a depender más del estado del dibujo del neumático es cuando circulamos sobre lluvia, hay que pensar que la rueda actúa como una bomba de eliminar agua, gracias al peso que soporta sobre ella, el agua contenida en las ranuras del mismo se ve comprimida y sale expelida hacia los lados, de forma que si el dibujo es escaso, tiende a acumularse debajo no cumpliendo la función para la que fue diseñada y apareciendo el riego de aquaplaning. En una carretera mojada, el eje delantero del vehículo está soportando en torno a un 60% del peso total, en buena media por el peso del motor, de forma que el trabajo de evacuación de agua se libra en la parte delantera, quedando la carretera prácticamente seca cuando a continuación pasan las ruedas traseras por el lugar dónde han pasado las delanteras. En menos de una décima de segundo habrán llegado a ese lugar, teniendo en cuenta que el vehículo circula a una velocidad de 22 metros por segundo a una velocidad de crucero de 90 kilómetros/hora. A más velocidad, todavía llegarían antes las ruedas traseras al lugar por dónde acaban de pasar las delanteras. Deducimos fácilmente que por tanto el riesgo de aquaplaning en eje trasero es muy bajo en línea porque no queda apenas agua bajo el tren posterior del auto.
El problema de lo anterior es la curva, ya que en ese momento las ruedas posteriores no siguen la trayectoria de las delanteras, no beneficiándose del drenaje que les ofrecían las anteriores. En ese momento es posible que el conductor traiga consigo una velocidad alta, que sí estaría justificada en línea recta, pero al llegar a la curva nos encontramos que el eje trasero solamente soporta un tercio del peso del vehículo y las posibilidades de derrapaje, en caso de tener las ruedas en mal estado, son efectivas. Aquí sí hay alto riesgo de aquaplaning en el eje posterior. En ese momento el conductor, al notar la inestabilidad del eje trasero posiblemente suelte el pie del acelerador, de forma que el peso se cargará ligeramente sobre el eje anterior, ya que está decelerando, traduciéndose en menos masa y peso sobre el eje trasero. No digamos ya si además pisa freno, en ese caso el peso recaerá bruscamente sobre el eje delantero, quedando las ruedas traseras prácticamente en el aire. En ese caso vemos claramente que unas ruedas gastadas en el eje trasero nos van a complicar las estabilidad del vehículo y por tanto su control dinámico en las curvas, llegando fácilmente al sobreviraje. Aprovechamos para recordar al lector que la norma establece para los vehíclos M1, N1,O1 y O2 una profundidad mínima de 1,6 mm en todos los neumáticos de nuestro vehículo.
En Autoescuela Europa recomendamos además de una conducción sensata y responsable, un adecuado mantenimiento del vehículo, mostrando especial atención la los elementos básicos de seguridad, como son los frenos, neumáticos, luces y suspensión.
Source: Autoescuela Europa Lugo
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